Antes de los descubrimientos arqueológicos de Henry Schliemann y Arthur Evans en el siglo XX, la historia griega anterior a la época clásica era considerada parte del pasado mítico que los poemas de Homero relataban.
Sin embargo, los hallazgos demostraron que en el mar Egeo se habían desarrollado unas florecientes culturas que constituyeron los orígenes de Grecia: las culturas minoicas y micénicas.
La cultura minoica
La civilización minoica se desarrolló en la isla de Creta, al sur de Grecia, entre los siglos XXVII y XV a.C. La cultura fue denominada así por el arqueólogo inglés Arthur Evans, en honor al legendario rey Minos, tras el descubrimiento de un conjunto palaciego en el año 1900.
Los palacios minoicos se consideran tan notables que los investigadores han examinado sus evoluciones para vertebrar la historia de esta civilización. Así, tenemos una época prepalacial, también conocida como Minoico antiguo (anterior al siglo XX a.C.) durante el cual se produjeron dos grande novedades que modificaron la sociedad minoica, hasta entonces basada únicamente en clanes: por una parte, el descubrimiento de la alienación del cobre y el estaño para fabricar bronce, y por otro, el inicio de la supremacía de los cretenses en el mar Egeo. Ambas novedades comportaron una mayor estratificación de la sociedad, pues aparecieron nuevos oficios cualificados como el de comerciantes, marineros u orfebres, que proporcionaron una mayor prosperidad.
Entre los años 2000 y 1500 a.C. comienza el auge de esta civilización, época conocida como Minoico protopalacial o Minoico medio, durante el cual las familias más poderosas de cada asentamiento acabó imponiéndose al resto y fundando las monarquías que gobernarían las primeras ciudades-estado. Se construyeron entonces los primeros palacios, de los cuales el mas influyente y conocido fue Knossos.
Los minoicos vivieron otra etapa antes de desaparecer: la época micénica o Minoico reciente (a partir de 1450 a.C.) con la instauración de la civilización micénica en Creta.
El esplendor minoico
Entre los años 2000 y 1700 a.C. la civilización cretense se convirtió en la primera de la Antigüedad en tener una vida económica regida por el comercio marítimo. Favorecida y estimulada por su posición geográfica, la búsqueda de materias primas fue el motor de su desarrollo naval. Se sabe que mantenían estrechas relaciones comerciales con Egipto (donde compraban marfil), Siria, la Grecia continental (donde adquirían el mármol) y Chipre, rica en cobre. Algunos investigadores afirman que en búsqueda de plata los minoicos habrían llegado a la Península Ibérica y en busca de estaño, a la lejana Gran Bretaña.
La característica principal de Creta en esta época, según Finley, es la absorción de elementos culturales (y de población) procedentes de la Grecia continental, las Cícladas, Asia Menor, Siria y Egipto, gracia a desarrollo comercial. A su vez, las rutas egeas abiertas durante estos siglos contribuyeron a a difusión de la cultura minoica en diferentes puntos del Mediterráneo, especialmente en la península del Peloponeso.
La interrupción de las relaciones mercantiles producto de las invasiones aqueas en la Grecia continental, produjo en la isla una gran crisis que derivó en la destrucción de los palacios hacia el 1700 a.C., cuyas causas finales son aun motivo de discusión entre los investigadores.
Tras la reconstrucción de los palacios, Knossos adquirió particular centralidad, su rey Minos- ya sea su nombre real o como sostienen algunos el nombre del cargo- impuso su liderazgo al resto de la ciudades cretenses y llevó a la isla a su máximo esplendor (1650-1450 a.C.). Por primera vez Creta tenía un gobierno centralizado, con un palacio principal y una aristocracia que ocupaba los palacios secundarios. La ausencia de murallas, indica que la unificación logró llevarse a cabo con un cierto consenso y sin generar grandes rencilla, al tiempo que indica la restauración de la supremacía naval, que permitirá el desarrollo de la talasocracia.
Los minoicos se destacaron en la metalurgia, la cerámica y la arquitectura, también desarrollaron un sistema de escritura denominado Lineal A que aun no ha sido descifrado.
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